Martes 25 de agosto de 2020 LUZ

 

LUZ

 

Para leer: 

14 »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.      Mateo 5:14-16

12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.  Juan 8:12

 

Para pensar:

¡Qué declaración de Jesús! ¡Nosotros somos luz del mundo! 

La luz hace visibles las cosas, evita la oscuridad, revela lo escondido. 

Sabemos que nuestra luz no es propia sino que viene de Él, quién es la luz de la vida. Nuestra luz es sólo un reflejo de la que emite Jesús. 

 

El mundo entero necesita ser iluminado por el Evangelio del Reino que Jesús vino a traer. Por eso nos encendió: para que llevemos su luz a todos lados.

Esta luz es palabras pero sobre todo es buenas acciones (buenas obras dice el pasaje) que transforman la realidad del lugar donde son hechas.

Buenas obras que llevan su Justicia Social, su Paz, su Perdón, su Alegría, su Satisfacción, su Evangelio. Las que provocan que el Reino se siga extendiendo.

Esconder la luz sería no hacer nada y guardarnos lo que tenemos para nosotros mismos. 

Vayamos, hagamos, hablemos y así Su luz brillará, iluminará y nuestro Padre recibirá alabanza.

 

Para preguntarte:

¿Cómo estoy “haciendo” luz en los lugares donde me puso el Señor? ¿Qué aporte estoy haciendo para que a mi alrededor los demás alaben a Dios?

 

Para orar:

Señor: Gracias por poner de tu luz en mí. No voy a ocultarla más. Me comprometo a mantenerla encendida y llevarla en alto para que todos te vena a vos y le den la gloria al Padre.

 

Dios te bendice!

Pastor Roberto García