Miércoles 12 de agosto de 2020 - INTERCESIÓN

INTERCESIÓN

Para leer: 

17 Mucha gente no pudo hacer su propio sacrificio porque no se había purificado, así que con el fin de consagrarla al Señor, los levitas tuvieron que sacrificar por ellos los corderos de Pascua. 18 En efecto, mucha gente de Efraín, Manasés, Isacar y Zabulón participó de la comida de Pascua sin haberse purificado, con lo cual no actuaron conforme con lo establecido. Por eso Ezequías oró así por ellos: «Señor, tú que eres bueno, borra el pecado de todo aquel que ha decidido de todo corazón seguirte a ti, 19 Señor, Dios de sus antepasados, aunque no esté purificado tal como lo requieren las normas de purificación del templo.

20 El Señor escuchó la oración de Ezequías y perdonó al pueblo.». 2°  Crónicas 30:17-20

Para pensar:

Después de mucho tiempo los israelitas empezaban a volver a Dios y como parte de su restauración decidieron celebrar la Pascua. Dios mismo había establecido pautas que ellos tenían que seguir para poder participar de la celebración. Muchos decidieron no hacerlo o tal vez no supieron cómo hacerlo, entonces el rey Ezequías ora por ellos para que el Señor no tomara en cuenta esa transgresión.

En este tiempo de acusaciones, señalamientos y “grietas”, qué necesarias son las personas que, al observar el pecado del otro, deciden orar, pedirle clemencia al Señor, cuidar la vida del otro por amor a su semejante.

Que salgan de nuestros labios voces de intercesión y cuidado, que las ataduras religiosas que aún hay en nosotros no sean un impedimento para que otros se acerquen a Dios.  

Que nuestras bocas bendigan y no condenen. 

Dios escucha esas oraciones.   

Para preguntarte:

¿Qué me provoca el pecado del otro? ¿Cuál es mi tendencia cuando descubro el pecado ajeno? ¿Hago lo mismo con el mío??

Para orar:

Señor: Gracias por perdonar todos mis pecados. Te ruego que no tomes en cuenta los pecados que me han ofendido a mí o han dañado a otros. Amén.

Dios te bendice!

Pastor Roberto García